Un equipo internacional, coordinado por el Instituto Italiano de Tecnología en Lecce (IIT-CBN, Italia) y en el que participan científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) junto a otros investigadores, abre nuevas vías para el estudio del envejecimiento cerebral. Este trabajo, que se desarrolla bajo el paraguas del proyecto europeo NanoBrigth, consigue funcionalizar nanoestructuras plasmónicas, de dimensiones similares a los cuerpos neuronales, sobre fibras ópticas de un diámetro menor al de un cabello humano.
Estas nuevas sondas permiten excitar las moléculas del tejido cerebral y amplificar la luz que estas reflejan, generando patrones espectrales dependientes de la composición molecular del tejido, lo que podría suponer un gran avance para el estudio y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Dado que estas enfermedades conllevan alteraciones en la composición y estructura de ciertos lípidos y proteínas cerebrales, el empleo de estas sondas, mínimamente invasivas, permitiría una cartografía detallada de regiones cerebrales de interés.
Reconstrucción 3D de un cerebro de ratón con lesión causada por un traumatismo, que fue explorada con las sondas plasmónicas (línea punteada). Creds: Elena Cid y Teresa Jurado. IC, CSIC
El grupo de Liset M de la Prida, perteneciente al Instituto Cajal CSIC y a la PTI + Neuroaging, se encuentra actualmente trabajando en la posible aplicación de este dispositivo al estudio de lesiones cerebrales causadas por traumatismos, así como durante el envejecimiento. Estos ensayos preliminares buscan sentar las bases de una nueva aproximación al estudio del sistema nervioso central y de las causas moleculares de los trastornos neurológicos.