Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Demografía del CSIC ha sido publicado con el objetivo de visualizar las áreas de movilidad funcional de España, y cómo han sido afectadas por las restricciones de movilidad durante cuatro fases distintas de la pandemia de COVID-19. Para ello se utilizaron datos procedentes del Instituto Nacional de Estadística (INE), a partir de información obtenida a través de compañías móviles.
Las áreas de movilidad funcional son zonas dinámicas cuyo alcance, forma y tamaño en el territorio dependen de la movilidad humana y la conexión de los flujos de viajes entre distintas ciudades. Se utilizan como herramientas para analizar el comportamiento espacio-temporal de la población, lo que puede ser útil en situaciones de emergencia sanitaria para estudiar los efectos de las restricciones, prever necesidades de desplazamiento o establecer medidas de contención.
Desde el inicio de la pandemia se ha recopilado una gran cantidad de datos con información espacial y temporal, provenientes de la huella digital que dejan los usuarios de teléfonos móviles a lo largo de todo el país. En este estudio se utilizaron datos recopilados por el INE, entre el 16 de marzo de 2020 y el 29 de diciembre de 2021, obtenidos de tres compañías telefónicas diferentes. Se trabajó a una escala espacial de celdas de población generadas por el INE, correspondiendo a 3214 unidades espaciales dentro de España con una población homogénea entre 5000 y 50000 habitantes. Los investigadores utilizaron los datos de telefonía móvil para agregar las celdas de población en distintas áreas de movilidad funcional según el día en el que se generaron esos datos, analizándose cuatro fases distintas de la pandemia, representadas por cuatro días distintos: 15 de abril de 2020, 10 de agosto de 2020, 16 de diciembre de 2020 y 9 de junio de 2021.
La primera fase, representada por el día 15 de abril de 2020, se corresponde con el primer estado de alarma y el confinamiento en todo el país. En este caso, las restricciones de movilidad eran máximas y se encontraron 36 áreas funcionales pequeñas. Estas áreas coincidían bastante en tamaño y forma con la provincia donde estaban localizadas, observándose una gran fragmentación de las áreas en el interior del país.
El 10 de agosto de 2020, correspondiente con la segunda fase, coincide con una bajada de las restricciones de movilidad debido a las vacaciones de verano. En esta fase, el número de áreas es menor (23), pero su tamaño es mayor, coincidiendo sus dimensiones de forma considerable en muchos casos con la comunidad autónoma donde estaban localizadas.
En la tercera fase, 16 de diciembre de 2020, debido a nuevas restricciones de movilidad impuestas por el segundo estado de alarma, se encontraron 27 áreas funcionales, algunas más que en la fase anterior. En este caso se observan patrones de forma y tamaños distintos a lo largo del país, ya que las restricciones fueron diferentes en cada comunidad autónoma.
Por último, en la cuarta fase, correspondiente con el 9 de junio 2021, se encontraron 24 áreas funcionales tras el establecimiento de la nueva normalidad y el inicio de las campañas de vacunación. Estas áreas funcionales se pueden asociar a los patrones demográficos con los que cuenta España. Por una parte, se hallan zonificaciones más pequeñas en la costa, densamente pobladas y con buenos servicios de transporte público. Por otra parte, hay zonificaciones de gran tamaño en el interior del país, con una baja densidad de población y sistemas de transporte público poco desarrollados.
Además, el estudio cuenta con un análisis de la evolución durante la pandemia de la forma y tamaño del área funcional asociado a la aglomeración de Sevilla que concuerda con los resultados expuestos anteriormente y muestra la influencia del área metropolitana de Sevilla no solo en la población de la provincia homónima, sino también en la de las provincias vecinas de Cádiz y Huelva.
Todo esto demuestra que las restricciones de movilidad conducen a una reducción de la longitud y frecuencia de los desplazamientos, lo que hace que el número de áreas de movilidad funcional aumente, pero que estas áreas sean más pequeñas.
La conclusión que se obtiene de este análisis es que la cobertura territorial que engloba de forma dinámica a la población ha estado ampliamente influenciada por la pandemia y las restricciones impuestas durante las distintas fases de la misma. Estas áreas pueden ser utilizadas como herramientas para analizar patrones de comportamiento poblacional y establecer modelos predictivos basados en tendencias para predecir patrones futuros, así como para contribuir en la organización de infraestructuras, servicios y transporte en todo el país. Además, se pueden observar los efectos de la implementación de distintos tipos de medidas de control y contención en el territorio.