Un estudio llevado a cabo por investigadores de la PTI+ Salud Global, del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV), junto con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) ha presentado un análisis retrospectivo sobre la segunda y tercera ola de SARS-CoV-2 en Mozambique, con el objetivo de revelar el origen y cronología de la introducción de las distintas variantes en el país.
Desde el inicio de la pandemia, se han destinado grandes esfuerzos a realizar una vigilancia genómica ante la amenaza creciente del SARS-CoV-2. Muchos países han llevado a cabo secuenciación masiva de diferentes variantes del virus y los datos obtenidos han sido fundamentales para revelar la evolución del mismo y para establecer medidas de prevención y contención. Sin embargo, los datos de secuenciación no han sido producidos de forma equivalente en todas las áreas del mundo, habiendo escasa información proveniente del continente africano. Solamente Sudáfrica, hasta el momento del estudio, contaba con un número más elevado de secuencias aportadas. No se contaba con información acerca de ningún linaje genómico en Mozambique, ni de cómo y cuándo habían sido introducidas las variantes.
El objetivo de este equipo fue secuenciar muestras de virus obtenidos durante la segunda y tercera ola, y unificarlos con las más de 7 millones de secuencias depositadas en la base de datos Global Initiative on Sharing Avian Influenza Data (GISAID). Con esta nueva fuente unificada de datos se realizó un estudio filogenético para determinar la procedencia de cada variante y la evolución de estas dentro del país, considerando toda la información del virus disponible hasta el momento del estudio.
Al analizar los datos se observó que la segunda ola, que tuvo lugar de enero a marzo de 2021, fue dominada por la variante beta y se originó por desplazamientos regionales de países vecinos dentro de África, principalmente Sudáfrica.
Por otro lado, la variante delta, que se impuso sobre beta y dominó la tercera ola, de junio a septiembre de 2021, fue introducida tras la bajada de las restricciones de movimiento, desde países más lejanos como Reino Unido e India, además de Sudáfrica.
La variante más prevalente en los datos analizados fue delta, seguida por beta. La variante alfa no se detectó, a pesar de ser la variante dominante en Europa en marzo y abril de 2021.
Adicionalmente, tres linajes distintos (AY.37, C.1.2 y C.6) fueron detectados por primera vez en Mozambique y el linaje AY.29 fue detectado por primera vez en África.
Los resultados obtenidos sugieren que las restricciones de movimiento dificultaron considerablemente la introducción de variantes desde países lejanos (como demuestra la ausencia de la variante alfa, a pesar de ser dominante en Europa); pero no tuvo gran efecto en la importación del virus desde países vecinos, probablemente debido a la porosidad de las fronteras entre esos países.